Protagonistas de la final de la NBA en 2010, los Ángeles
Lakers y los Boston Celtics han ido perdiendo quilates de sus coronas con el
paso del tiempo hasta verse en 2013 fuera de la lucha por el anillo a las
primeras de cambio. De distinta forma pero con el mismo fondo, San Antonio
Spurs y New York Knicks han puesto, de manera simultánea, el último clavo en el
ataúd de dos proyectos rivales, que por más que se empecinarán sus creadores,
daban síntomas de estar en las últimas.
Claro que, que el fondo del asunto haya sido el mismo para las dos franquicias (quedarse fuera de
los playoffs), no quiere decir que las
formas en las que ambos conjuntos han lanzado su último suspiro hayan sido
similares. Así, mientras los angelinos fueron humillados sin piedad, los
célticos no dejaron su orgullo de lado hasta el bocinazo final de su
eliminatoria.
Los de oro y púrpura comenzaron la temporada con la vitola
de favoritos bajo fuegos artificiales, bombos y platillos tras reunir a los ‘All
Stars’ Howard, Nash, Pau Gasol y Bryant en el mismo quinteto. Sin embargo, la
han concluido entre abucheos y con un contundente 0-4 en contra. Entremedias, dos entrenadores (Mike Brown y
Mike D´Antoni), falta de acoplamiento, las intermitentes molestias de Pau Gasol
y Steve Nash, el egocentrismo de Howard y la dilapidaria rotura del tendón de Aquiles de Kobe Bryant.
Demasiados problemas que olvidar de cara a una reforma que
dependerá en buena medida de la decisión que tome el propio Howard. Dependiendo
de si el pívot da el sí quiero o no a su renovación, la hoja de ruta seguirá un camino u otro.
Y es que si el interior continúa el solar ya tendrá algún pilar a la espera de
la evolución del tendón de Bryant y de la búsqueda de espacio salarial mediante la
amnistía a Gasol o Metta World Peace. Mientras que si Howard decide irse con la
música a otra parte, los mandamases amarillos deberán buscar en el mercado
libre algún pez gordo que muerda el anzuelo.
Los de Boston, por su parte, iniciaron la campaña sin Ray
Allen ya en sus filas pero con la intención de estirar un poco más un ya de por sí alargado proyecto que empezó en
el verano de 2007. Sin embargo, la lesión del base estrella Rajon Rondo obligó
a Garnett y Pierce, de 37 y 35 años respectivamente, a gastar demasiado pronto
un depósito justito de gasolina. Ni la aparición de Jeff Green ha
evitado que, a pesar de un serio amago de ser el primer equipo NBA en levantar
un 3-0 en contra en una eliminatoria de playoffs, el proyecto haya escrito su
punto y final con un 2-4 en contra.
La duda de la amnistía o no al ídolo Pierce y la retirada o
no de Garnett marcarán los primeros pasos de una reconstrucción que tiene
algunos cimientos más que la de su archienemigo con la presencia de Green o
Bradley en el roster, y a la espera de la recuperación de Rondo y el rookie
Sullinger. Pero por el contrario, no
cuenta con la misma cantidad de purpurina que la angelina lo que puede impedir
que agentes libres de renombre se vean atraídos por su sobriedad.
En cualquier caso, a ambas franquicias les toca recuperar
esa aureola que indica que, con 17 y 16 títulos verdes y amarillos respectivamente, son los equipos más laureados
en la historia de la mejor liga de baloncesto del planeta. No obstante, no será
fácil. Y es que en el horizonte se vislumbra un periodo lleno de incertidumbre
en el que a buen seguro los despachos sufrirán terremotos mientras en la prensa correrán ríos de tinta elucubrando
con las posibilidades más remotas.
Los Lakers buscarán deslumbrar de nuevo con un
coche descapotable y a la altura del glamour que Hollywood le exige mientras
que los Celtics intentarán sacar del taller un automóvil todoterreno sin grandes
lujos pero que destaque por su estructura compacta y su fiabilidad. Sea como
fuere, ambos llevarán incorporado de serie nuevos aires acondicionados. Y es
que es tiempo de renovarse o morir.
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