El caso más espectacular, sin discusión posible, es el de Tommy Robredo. El jugador catalán ha hecho historia tras ser el primer jugador desde 1927 que levanta en un Grand Slam una desventaja de 0-2 en tres encuentros consecutivos. Así, el holandés Igor Sijsling, el francés Gael Monfils y el español Nicolás Almagro han sucumbido ante el gerundense en tres remontadas a cada cual más espectacular. Y todo ello tras dos años en blanco entre lesiones, operaciones y molestias varias. ¡Chapeau!
Más habitual, aunque no por ello menos meritorio, es ver a Rafa Nadal en los cuartos de final del polvo de ladrillo parisino. De hecho, ha acabado levantando el trofeo en siete de sus ochos participaciones y ha ganado 56 de los 57 encuentros que ha disputado en Roland Garros. Y es que a pesar de dejarse varios sets innecesarios en el camino, el mallorquín ya espera rival del duelo entre Richard Gasquet y Stanislas Wawrinka.
Entre el término medio entre la espectacularidad y la regularidad se ha movido David Ferrer. Sin demasiada brillantez pero sin demasiado desgaste, el valenciano se ha plantado en cuartos de final sin titubear. En el camino, su compatriota Feliciano López o el sudafricano Kevin Anderson han hincado su rodilla ante el pundonor de "Ferru". Clasificación de David que ha asegurado la presencia de un español en semifinales. Y es que su rival en quinta ronda será el inmortal Robredo.
Todo, sin embargo, no podía ser de color de rosa. La nota negativa del tenis español en tierras francesas la ponen otra vez las chicas ya que tras la eliminación de Carla Suárez a manos de la italiana Sara Errani en tres disputados sets (5-7, 6-4, 6-3), el cuadro femenino se ha quedado huérfano de jugadoras hispanas. Otra vez será.
En cualquier caso, los tres mosqueteros españoles (Nadal, Ferrer y Robredo) a buen seguro lo dan todo por repetir una final española en territorio comanche que no tiene lugar desde la que protagonizaron Albert Costa y Juan Carlos Ferrero, con triunfo para el primero, en el año 2002.
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